Quiero alertar a tanta gente que está deseosa de probar suerte en Estados Unidos, gente que no escatimará esfuerzos para ingresar a ese país sin visa, ya que las ganas por ganar dinero y tener una vida mejor, lleva a arriesgar la vida más allá de lo recomendable.
Recientemente llegó a mi consulta una persona que vivió muchas cosas por ingresar a Estados Unidos. Primero debió contactarse con un “coyote” chileno que trabaja en México, luego viajar y llegar a la frontera de ese país.
Una vez allí, debió llegar a la pensión que le dijeron que debía ir y luego preparar la partida. Cuando no llevaban más de cuatro kilómetros recorridos, el chofer del vehículo señaló que llegaba hasta ahí no más.
Luego debió caminar por el desierto a pleno sol, con helicópteros estadounidenses que sobrevolaban todo el día sobre su cabeza, en algunos lugares, el agua estaba envenenada, mucha gente que no logra llegar a su destino y se pudre y seca el sol. Es un escenario dantesco, según me contó esta persona.
Luego de pasar muchos pesares, logró llegar a destino, trabajó muy duro para hacer lo que se proponía, pero quedaba lo más difícil, el regreso. Lo que debía realizar en la misma forma que la llegada, pero a partir de Estados Unidos.
Afortunadamente todo salió bien y pudo regresar, pero muchos como él no podrán contar lo vivido ni verán a su familia nunca más. Mueren sin que nadie sepa qué pasó con ellos.
Cuidado ya que algunos son atacados, les roban la plata que llevan, los violan y muchas veces los matan.