31 julio 2009

En recuerdo de las obras sociales de Yolanda Sultana

A propósito de lo que escribió acerca de las obras sociales que realiza con el dinero que cobra por la consulta, debo indicarle que yo soy una de las favorecidas con sus obras de beneficencia.
Le cuento que vivo en Viña y hace muchos años, usted un día vino para acá y , en conjunto a radio Festival, regaló hartas cunas. Yo tenía recién a mi hijo, no cumplía los dos meses de vida y me encontraba en una delicada situación económica, ya que era mamá soltera y en mi casa, como se estilaba antes, no soportaron que fuera madre tan joven y sin casarme.
En ese entonces me acogió una tía, la que escuchó en la radio que usted haría ese obsequio, para lo cual había que inscribirse y la condición era que fueran niños menores de un año. De tal modo que me acerqué a la radio, que estaba en el pasaje Cousiño, me inscribí y a la semana siguiente me llamaron para que pasara a retirarla.
Cuando llegué a la radio, mi impresión fue tremenda al ver el lugar colapsado de gente. Muchas cunas dispuestas en la calle y otras tantas personas esperando recibirlas, entre ellas yo. Hasta el lugar llegó usted en persona. Conversó con todas las mujeres que estábamos ahí, nos saludó y a mi me dio la mano ya que estaba adelante. En ese momento me dijo que debía tener confianza ya que me iría bien en la vida y, gracias a Dios, acertó en su pronóstico.
Tiempo después logré entrar a la universidad, estudié ingeniería y me titulé. Mi hijo creció, hoy estudia Derecho y yo me casé. No tuve más hijos y al leer lo que publicó en su página, me acordé de ello y quise contárselo.
Ahora, a muchos años de aquel episodio, le doy las gracias por ayudarme en un momento en que la noche se me venía encima. Gracias por haber aparecido en mi camino en ese momento.
Atte. Sofía Otárola G.
Viña del Mar